Daniel Brailovsky se lleva las manos a la cabeza al compás en el festejo de Efraín Cortés que es el único gol del encuentro. Al final, con la derrota ante Gallos Blancos, sabe que Necaxa tiene un pie en la Liga de Ascenso y su rostro emana impotencia, se marcha con resignación al vestidor... el ‘tanque de oxígeno' que tenía con el equipo se ha extinguido.
La polémica hizo acto de presencia cuando el público aún no terminaba de tomar sus asientos. En menos de cinco minutos, el cuerpo arbitral, encabezado por Genaro Medrano, había anulado ya dos goles surgidos de la táctica fija queretana que hizo 'engallar' a su afición.
A partir de ese momento, los hombres de negro vivieron un clima hostil, incisivo, pero eso no significó que sus decisiones de poner alto al festejo local, recién arrancado el partido, fueran desacertadas. Primero, Adrián Romero sí aprovechó que estaba en fuero de juego para rematar sin problemas frente al arco y, posteriormente, una falta apretada sobre el Tilón Chávez en el área, fue sancionada antes del cabezazo con etiqueta de gol de Carlos Bueno.
Daniel Bravloski respiró, llamó a la calma y serenidad. Un tiro potente de Juan Carlos Silva, que apenas se fue por un lado, fue la primera acción de peligro de los visitantes que, poco a poco, empezaron a tratar de 'meter las manos' ante el vendaval con el que iniciaron los emplumados.
Fue entonces que la tónica del encuentro comenzó a volverse ríspida, las imprecisiones sobresalían más que el buen futbol y vinieron algunas tarjetas amarillas hacia ambas escuadras. Sin embargo, fue el cuadro hidrocálido el que estuvo más cerca de irse con ventaja al descanso, pero el travesaño robó sus ilusiones luego de un disparo de larga distancia del Torito Silva.
José Antonio Castro también tuvo la posibilidad de abrir el marcador cuando quedó frente a Jorge Díaz de León, pero, como en sus 'mejores tiempos' de americanista careció de tino para dar un pase a las redes, lo que aprovechó el arquero para atajar
El receso sirvió para que Querétaro retomara la brújula y, aunque al inicio de la parte complementaria, prevaleció la lucha en el medio campo, los deseos y una voluntad mayor a la del rival, fueron los que abrieron el camino hacia el triunfo. Un error de Fernando Salazar, que dejó corto el esférico al Conejo, estuvo a punto de ser capitalizado por Carlos Bueno, pero el arquero necaxista reaccionó con atingencia. Esta jugada significó el preludio de la primera anotación local.
El colombiano Efraín Cortés había sido el hombre con más espíritu dentro de la cancha, resolviendo con garra las jugadas en la zaga y el futbol le dio la recompensa. Tras sumarse al frente en un contragolpe, acarreó el balón al borde del área y ahí realizó una pared excelsa con Bueno, quien lo dejó frente al arco. El defensor resolvió con maestría, sin nervios, tal y como el mejor delantero.
Carlos Bueno tuvo para 'matar', pero su definición se fue ligeramente desviada ante la mirada agónica del Conejo. El técnico necaxista realizó modificaciones ofensivas, aunque ello no connotó demasiadas jugadas de peligro y más con ideas ofuscadas, que con orden, estuvieron cerca de lograr el empate, pero el horizontal volvió a ser enemigo.
Necaxa está más 'clavado' que nunca en el fondo de la tabla porcentual, sólo un milagro evitaría el descenso. Matemáticamente viven, pero la moral está destrozada y, en contraparte, Querétaro consiguió un triunfo que era obligatorio, quizás el más importante del torneo, y el ánimo está por los cielos. El Estadio Corregidora explota como si fuera el logro de un Campeonato.
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