.- Pese a que Necaxa tiene casi los dos pies en el descenso el presidente del equipo, Luis Alberto Ogarrio, todavía se da tiempo para atender solicitudes divinas, en este caso un escrito que le envío el obispo de la diócesis local, José María de la Torre, quien le solicita que se cambie el último juego de la temporada regular que se verificará en esta plaza, y que esta programado para efectuarse el próximo viernes 22 de abril entre los Rayos y los Pumas de la UNAM, por ser ni más ni menos "viernes santo".
En ese sentido el jerarca necaxista señaló que "A más tardar hoy se sabrá sí podemos cambiar la fecha del juego, luego de que el obispo nos pidió un cambio y estuvimos viendo sí se cambiaba para el sábado, domingo e inclusive hasta el lunes pero no hay horarios, el problema lo tenemos con la televisora, que transmite sus partidos, y estamos viendo y esperamos que se pueda tener ya una respuesta creo hoy mismo se podría conocer".
Así con todo y los severos problemas deportivos que sufre el equipo, también será castigado, más con el desprecio de los católicos que según De la Torre Martín no acudirán a ver lo que parece será el último partido en mucho tiempo de primera división nacional y sobre todo dejarán de ver a los Pumas el actual superlíder y uno de los llamados "cuatro grandes" del balompié nacional.
Sin duda díficil situación encara el directivo rojiblanco en virtud de que por un lado necesita ayuda extancancha para salvar a sus presididos, y la de Dios no estaría de más, pero por otro lado, esta enfrentado con su representante en Aguascalientes, sí juega en una fecha crucial para el catolicismo.
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